Rondaba el final del verano de 1998 y mi primo Rodrigo y yo tomamos temprano un tren camino a León. A nuestra llegada a la estación, llamadas y llamadas de teléfono desde una cabina, buscando un alojamiento céntrico y barato para usarlo como base de operaciones durante nuestra estancia. Estábamos en el Purple Weekend y así, comenzaba mi primera incursión en el mundo de las concentraciones mods. Aquel septiembre descubrí una cultura y forma de entender la vida, y especialmente la música, alejada de todo lo que había visto hasta entonces. Bailamos hasta el amanecer al ritmo que dictaban los vinilos a 45 Rpm en sus míticos allnigthters, nos enamoramos del northern soul, el boogaloo o el latin jazz y agitamos nuestras cabezas al compás de temas de ska y garage. También pudimos disfrutar de los sensacionales conciertos de The Remains, James Taylor Quartet o The Jaybirds, entre otros.
Gran parte del público asiduo a este tipo de eventos son hedonistas amantes de todo lo relacionado con la década de los sesenta, ya sea en sus tocados capilares, en su ropa o en lo musical. Pero no es oro todo lo que reluce, en ocasiones el radicalismo tanto estético como ideológico ha hecho que este movimiento cultural haya perdido adeptos y simpatizantes. Y es que, los extremos nunca fueron buenos ni en política, ni en deporte, y mucho menos en la música. Películas como Quadrophenia retratan la escena a mediados de los sesenta y otras, como This is England, ilustran la irrupción de las ideas más radicales dentro del movimiento mod-skinhead británico en los ochenta. Ambas cintas son indispensables documentos, tanto visualmente como por su contenido para entender esta particular filosofía de vida.
Las motos siempre estuvieron muy asociadas a toda la escena mod. Vespas y Lambrettas relucientes y llenas de espejos, con las que los mods competían por tener el vehículo con más cool de la ciudad. Durante los próximos días 15, 16 y 17 de Abril se celebrará en Burgos la segunda edición del Scooter Fest, organizado por los miembros del Scooter Club Burgos. A lo largo de estos tres días, se concentrarán en nuestra ciudad, motos de época como las anteriormente citadas y sus conductores disfrutarán de rutas programadas, conciertos, pinchadiscos y gastronomía. En el Carabás tendremos el inmenso placer de recibirlos la tarde del sábado 16 con una pinchada vinilítica especial. Además, podremos deleitarnos con la belleza de estas verdaderas joyas del asfalto, ya que dejarán sus motos estacionadas en el Paseo del Empecinado. Ahora tan solo queda que el tiempo acompañe y disfrutemos de un gran Scooter Fest 2011. Salud.
J. Barbero
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