jueves, 8 de diciembre de 2011

Los dos lados de la misma moneda:

Cuando a un joven amante de la música se le presenta la oportunidad de escribir unas palabras en un medio de comunicación, bien sea haciendo la crónica de un concierto o la crítica de un disco, la ilusión se le dispara al infinito al ver su humilde trabajo en las páginas de una revista especializada. A partir de ese momento, en mi caso personal, asistí a diversos festivales como medio acreditado, recibí algún disco promocional para editar una reseña al respecto e incluso, llegué a ser jurado en un concurso de bandas nobeles. Quién no ha soñado alguna vez con ello ¿Verdad?

Todo esto que os relato es la cara amable y cool de colaborar con un magazine musical gratuito de los denominados independientes. Pero tras estos bellos y atrayentes gestos quedan, los soterrados intereses de la publicación, cuyo propósito parece ser el disponer de una nutrida red de colaboradores que cubran eventos a coste cero o a cambio de entrar gratis al espectáculo. De esta manera rellenan con tu trabajo las páginas de una revista pseudomusical repleta de anunciantes de ropa de marca -para ir a la última en plan underground- y de los carteles de los festivales más” alternativos” del país.

Mención a parte merece el contenido de los textos que editan, sujetos a una cierta censura. No se te ocurra criticar de forma abierta a un artista, sala o festival, por que puede que tu artículo quede mutilado sin explicación de ningún tipo, no vaya a ser que el organizador del evento se moleste con la publicación y luego no se anuncie en ella. ¿Cuantas críticas de conciertos, festivales o discos habéis leído últimamente en este tipo de prensa en las que se le eche gasolina al fuego, resaltando lo nefasto y escaso de calidad del espectáculo presenciado? Pocas, supongo, demasiado pocas.

Creo, bajo mi prisma, que hemos vuelto desgraciadamente a los tiempos en los que todo ha de ser políticamente correcto y la presunta "independencia" de la que hacen gala algunos medios de este tipo es simplemente palabrería barata, que más tiene que ver con la publicidad de la Semana Fantástica de El Corte Inglés que con el criterio y la objetividad debida.

Siento desilusionaros, pero esta es mi experiencia con dos de las publicaciones musicales de distribución gratuita en nuestro país, una verdadera pena. Personalmente todavía estoy esperando un simple gracias, pero hace tiempo que perdí la fe en recibirlo.

Texto: J. Barbero
Imagen: el-blog-de-ernestoide.blogspot.com

1 comentario:

  1. Pues donde si se ven críticas a veces demoledoras es en los discos. Quizá ya piensan que es un negocio perdido y se actúa con más libertad, mientras que en los conciertos hay que tener más cuidado.
    De todas formas es una pena, al final parece que la objetividad es casi imposible. Incluso en internet hay que tener cuidado con lo que lees, porque hay trolas para dar y tomar.
    Menos mal que hay otras cosas en la vida que son impagables y compensan con creces toda la miseria que pueda haber por ahí, verdad Jorge? ;)

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