Esto hay que extrapolarlo a todos los ámbitos de la vida, los amores que deseábamos y luego no colmaron nuestro corazón, el trabajo que añorábamos y que posteriormente nos decepcionó, y mil avatares más.
Uno de los males de la sociedad en la que vivimos es que siempre esperamos, por lo que nos inculcan o nos hacen pensar, la perfección y los máximos logros en cada una de nuestras acciones, sin saber distinguir lo importante de lo banal. Llegando en ocasiones al límite de lo ridículo, al sentirnos frustrados y enfadados si perdemos un simple un partido de fútbol entre tuercebotas, tan solo por hecho de hacerlo contra los últimos de la clasificación ¡Que vergüenza, por dios! ¡Qué van a pensar los demás!
Y en esta última idea reside la perspectiva errónea del asunto. Si dejáramos de preocuparnos por el qué dirá el prójimo, y nos atendiéramos a nuestros propios y equilibrados valores, mejor nos iría todo en general.
Hemos de saber aceptar las victorias y sobre todo las derrotas, que nos harán prosperar en la vida y llegar al final de ella maduros y con unos valores íntegros, siendo mejores
día a día. Al fin y al cabo, como dijo alguien muy sabio “La vida no es Bambi, amigo”.J. Barbero
Imagen: www.booksofa.com
Y al hilo de todo esto ...
ResponderEliminar¡¡¡¡¡¡¡¡¡ GANAMOS EL PARTIDO !!!!!!!!!.
Enhorabuena a todos los asistentes, y a los nó asistentes que se queden en casa para el próximo, que son gafes (je, je)
BG15
Aupa el Jorge!!
ResponderEliminarAlf.