Uno de los frenos que tenemos al escribir en el blog es el
de “¿Qué voy a decir, si no sé qué decir, y de lo que quiero hablar ya se ha
hablado seguramente mejor de lo que lo vaya a hacer yo?” Levanto el pie del freno y escribo.
Soy uno de esos ciudadanos ignorantes, que desde que la
crisis explotó hace ya unos años, empecé a tomar conciencia de lo que estaba
pasando e intenté informarme más de lo que lo estaba haciendo hasta entonces.
Leía periódicos, blogs, en las cervezas con los amigos empezaban a entrar en la
conversación temas sociales y económicos, y hasta veía de vez en cuando ‘Intereconomía’
para ver otras formas de ver la realidad y flipar un poco.
Estas últimas semanas, después de los titulares del
telediario apagaba. Ya no quería saber más, estaba desbordado. El domingo en ‘Salvados’,
viendo que el cambio de modelo del ladrillo al conocimiento y la investigación
era otra mentira más, y que el presupuesto en investigación se ha reducido un
26%, cambié de canal. Me encontré con lo que está pasando en Siria y volví a
cambiar. Era incapaz de asimilar lo que veía.
Ayer Mariano Rajoy dio su primera rueda de prensa desde que
es presidente (?) y me quedé más allá de los titulares. A ver si conseguía
medio entender por qué hay que gastarse cuatro billones (sí, con b) de pesetas
en rescatar a Bankia, qué ha pasado para llegar ahí, y por qué ese dinero que se
le quiere dar al banco hace unas semanas lo tuvimos que recortar en educación,
sanidad, investigación… Pero me quedé igual.
No entiendo nada.
A.G.G.
Imagen: istockphoto.com
Yo creo tener una explicación: Vivimos en un mundo capitalista, quien más quien menos tiene dinero en los bancos, las empresas necesitan del crédito para poder funcionar, y necesitan una estructura bancaria para gestionar sus pagos y cobros. Si todo eso se va a la mierda suena a que de rebote nos vamos todos al mismo lugar.
ResponderEliminarA no ser que alguien invente un sistema diferente y tan eficaz como este (que ha demostrado ser eficaz, el problema es cuando surgen los afanes desmedidos de enriquecimiento), me temo que seguirá dándose la paradoja del recorte por un lado y la ayuda a bancos por otro, que en teoría no es a fondo perdido, aunque ya veremos cuando se recupera eso.
Hay que ser muy valiente para romper con este sistema, y no solo valiente, sino tener algo a cambio. Me temo que en la clase política nadie da la talla ni de lejos.
Lo que es harina de otro costal son los sueldazos de estos gili-gestores bancarios, sus pensiones y sus incentivos. Eso es totalmente vergonzoso.
Que quede claro que esto es solo una reflexión. Como decía Groucho Marx, si no les gusta tengo otras :)