Desde que empezamos con el blog he querido escribir una entrada sobre la que para mí ha sido la mejor serie de televisión que he visto hasta ahora: “Six Feet Under”, traducida aquí como “A Dos Metros Bajo Tierra”.
Cinco temporadas, con un pequeño bajón en la tercera, con 62 capítulos en total que hacen que una vez visto el último, que es una obra maestra, llegues a echar de menos a los protagonistas.
No me siento capaz de escribir algo que exprese lo que fue la serie para mí, así que corto y pego partes del texto que ha escrito Toni Castarnado para el muy recomendable blog musical que lleva Fernando Navarro para El País: “La ruta Norteamericana”. Si no habéis visto la serie, podéis seguir leyendo esta entrada, pero sólo visitad la entrada original de La Ruta Norteamericana, si la habéis acabado de ver, ya que dan muchas pistas de cómo termina la serie.
“Hace tiempo que terminé de ver A Dos Metros Bajo Tierra, una serie extraña, enigmática, pero con un halo mágico. Te atrapa sin darte cuenta, mientras se suceden cosas insignificantes pero únicas. Lo cotidiano termina por convertirse en fantástico. Las relaciones con las personas que más quieres terminan por ser más difíciles e inexplicables que las que hay con los desconocidos. Los sueños terminan por ser más traicioneros que las pesadillas. La vida, en definitiva, termina por dar más miedo que la muerte.
Recuerdo terminar algún capítulo y quedarme sin habla, solo, aturdido con mis pensamientos. Nada se decía con puntos y comas. Al contrario, todo se sugería o flotaba en el viento. Y había que hacer un esfuerzo por captarlo.
Recuerdo perfectamente cómo era el día que ví el último capítulo de A Dos Metros Bajo Tierra. Como en las grandes ocasiones, me había preparado. Llevaba semanas haciéndolo, a medida que caían capítulos y capítulos. Tenía la rara sensación de que el final sería una especie de explosión, como cuando te aguantas las ganas de llorar y, súbitamente, humanamente, explotas.
La serie, escrita por Allan Ball,, es la radiografía perfecta sobre lo que es la vida con la muerte como telón de fondo, con el camino del uno que nos lleva hacia el otro sin remisión ni coartadas. Una poderosa y convincente lección de vida.
A Dos Metros Bajo Tierra es sentimiento en estado puro, una mezcla de fe y oscuridad, de ilusión y macabra realidad.”
A.G.G.
Imagen sacada de enausenciadelaluz.blogspot.com
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